domingo, 18 de septiembre de 2011

Mini-cuento

De repente tenía miedo. Se empapó fugazmente de mentiras que pensó inmensas en el ayer. El cuerpo le seguía temblando, el estómago se le encogía, el semblante se reflejaba en una simple epifanía. Ésta vez el viejecillo percibió el recuerdo hiriente de aquella enamorada que siempre se resistió a entregarle el eco del tiempo. Se creía valiente, invencible, fuerte e indestructible, pero ella le desarmaba desde aquella simple mirada.
Él, nunca pudo robarle el corazón pues aún siente el regocijo de su amor.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Me enamoré como una tonta...

Me enamoré como una tonta, me enamoré como se debe.
Me enamoré porque tu sonrisa naufragó en mi mente.
Me enamoré sin siquiera saber tu nombre.
Me enamoré y te soñaba con letras grandes.
Me enamoré antes de que notaras mi existencia.
Me enamoré porque tocaste lo más profundo de mi alma.
Me enamoré y con cada latido te quería más fuerte.
Me enamoré de tu intención que alumbraba mis ilusiones.
Me enamoré y sin darte cuenta me hacías feliz por montones.
Me enamoré de tu mirada que se atrevió a desafiarme.
Me enamoré y sin querer te fui queriendo sin conocerte.
Me enamoré y me enganché en tus palabras.
Me enamoré y me di cuenta que nada era real.
Me enamoré y ya no estabas.
Me enamoré y nunca estuviste.
Me enamoré de algo que sabía que nunca pasaría.
Me enamoré como una tonta, me enamoré como se debe.